Fundación Arg de Logoterapia

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Sentido y VOCACION: un llamado que aún se escucha
Síntesis de la charla para público general dada en la Fundación el 6/4/15.

AUTOR: PROF. LIC. OLGA R. ORO.
“Llega a ser el que eres” PINDARO (V a.C.-Grecia-poeta lírico)


Por la dimensión ESPIRITUAL la persona –central en la antropología de Viktor E. Frankl- la salud, la psicoterapia, y la vocación adquieren significaciones peculiares. Dentro de esta perspectiva la conciencia permite conocerse, conocer al mundo, dejarse interrogar y apelar por lo que no es ella, y tiene también la libertad de responder a esa apelación. Ahí se enraíza la vocación como respuesta a un SENTIDO que nos convoca esencialmente.

Por la autoconciencia vamos descubriendo quiénes somos, cuál es nuestra peculiaridad, nuestra irrepetibilidad, y junto a ella también va apareciendo esa tarea única que compromete toda nuestra existencia, la vocación que se clarifica como resultado de un arduo proceso. Somos los únicos seres que podemos ensimismarnos, pensarnos y cuestionar también al mundo. Vivimos mirando al futuro, cuando no estamos sumergidos en el pesimismo.

Junto a esa mirada interior, Viktor Frankl nos recuerda que hay una mirada que debe estar puesta en la REALIDAD, en el mundo que nos rodea. Es cierto que el reconocimiento de la irrepetibilidad se da en el interior, proviene incluso de sugerencias del denominado por Frankl inconciente espiritual, sin embargo no es una proyección de deseos, no se trata como sugieren los que hablan de vocación, de descubrir los propios deseos y lo que me gusta. El llamado proviene de la REALIDAD misma, hay algo en el mundo que necesita ser hecho, que me convoca, y en su realización se juega al mismo tiempo el aporte de algo que completa-mejora ese mundo y que me aproxima a la plenitud, a la realización.

Julián Marías diría que gracias a nuestro carácter futurizo anticipamos y proyectamos lo que va a venir, sin embargo como el futuro es incierto se necesita algo que otorgue a la existencia y sus proyectos una continuidad en el tiempo. Para ello debemos incorporarlos a nuestro proyecto vital para ir construyendo nuestra persona, nuestro quien, sostenido en el sentido de vida descubierto.

Es así que la frase de PINDARO “Llega a ser el que eres” aunque muy anterior a Frankl, representa plenamente su idea de sentido y vocación. Descubrir un sentido para la vida, comprometerse con los valores que implica, es un proceso personal, complejo, en algunos casos se va dando por sucesivas aproximaciones. No es sencillo, pero genera la posibilidad de proyectos duraderos, cuyo logro implica la propia completud, la plenitud existencial. Al mismo tiempo hablamos de apertura, porque la realidad como dijimos es provocadora y cambiante, por eso genera siempre nuevas situaciones u ocasiones de sentido, como las llama Frankl, sentidos situacionales que se recortan para cada vida particular, dentro del amplio marco del Sentido.

Generalmente cuando se habla de vocación aparecen de modo recurrente dos interrogantes. ¿De dónde proviene el llamado? Si bien es cierto que en ámbitos religiosos el tema de la vocación aparece claramente vinculado a un llamado de Dios, no es excluyente. De hecho ya en Sócrates, por hablar sólo de Occidente, encontramos un ejemplo de un filósofo que consideró su existencia –vida y muerte- al servicio de la tarea de iluminar en alma humana para que encuentre la Verdad. En nuestra línea Frankl habla por un lado de oir un Voz interior que es trascendente a la conciencia misma, proviene del Inconciente Espiritual, instancia que precisamente se encuentra más allá del mundo, es espiritual. El afirmó que respecto de eso que denominó Sentido Ultimo o Suprasentido no iba a hablar porque pertenece al ámbito metafísico, y en todo caso es objeto de fe, está más allá de la ciencia, es motivo de opción personal. Sí aclaró que el sentido no es proyección humana o invención sino siempre DESCUBRIMIENTO, de ahí la importancia que otorga a la logoterapia como herramienta preventivo- educativa.

Por otro lado se cuestiona si hay un tiempo acotado (¿la juventud?) para plantearse el discernimiento vocacional. Restringir el tiempo implicaría ponerle un límite a la búsqueda de sentido, como si existiese fecha de caducidad para la pregunta ¿qué sentido tiene la vida? Preguntarse tempranamente quién soy, o mejor, quién debo ser y hacia qué sentido he de construir mi existencia, hace que tenga más oportunidades de alcanzar la plenitud, pero el sentido también puede iluminar retrospectivamente la existencia.

Comenzando el siglo XX Frankl afirmó que cada época tenía su problemática psicológica específica, y que la ese siglo era el VACIO EXISTENCIAL, producido por la incapacidad humana dehallar un sentido para la vida. Creó la logoterapia para colaborar con esa búsqueda a través de la psicoterapia y la educación. Su diagnóstico tiene cada día más vigencia en un mundo masificado, materialista y consumista, incomunicado, vacío de trascendencia y lleno de egoísmo. Frankl mencionó diversos caminos para la realización de sentido, sin embargo consideró esencial el que atraviesa la ENTREGA A OTROS (AUTOTRASCENDENCIA), que en muchos casos implica el olvido o la postergación de sí. En líneas generales las personas hablan de la búsqueda vocación y su realización como algo personal pero porque les atañe sólo a ellas, en perspectiva casi egocéntrica: debe llevarme a mi felicidad.

Pero Frankl decía que por ese camino es muy factible caer en vacío o frustración, mientras que por el camino de la entrega a una causa elevada o a otras personas se avanza hacia la plenitud. Hoy abundan los ídolos autocentrados, que no evidencian precisamente que el hallazgo de sentido y el logro de la plenitud pasen por la auotrascendencia.

Rastreando en la bibliografía sobre el tema de la vocación, se encuentra que son muchos los autores que la consideran conformada por una doble vertiente que pasa al mismo tiempo por la realización personal y la entrega a un fin social.

Se trata de un camino trabajoso, que implica la virtud de la laboriosidad, la doble mirada conciencia-realidad, pero las cosas valiosas no se nos dan regaladas, ni a las personas ni a los pueblos. Se consiguen descubriéndolas, luego imaginándolas y con trabajo arduo, el hilo conductor a la vez que el horizonte están dados por la vocación personal preñada de sentido orientado hacia los OTROS.

Podemos discernir la vocación y luego también reorientarla a lo largo de la vida. Sin embargo, considero que es tarea urgente para nuestra sociedad líquida colaborar con las jóvenes generaciones en ese proceso de descubrimiento sobre la sólida base del Sentido.

PROF. LIC. OLGA R. ORO.

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